Las nuevas formas de comunicación digitales hacen posible la interacción inmediata de las personas entre ellas y su entorno. Pero en ellas también han encontrado herramientas idóneas para aquellos que ejercen la violencia de género. Es la conocida como ciberviolencia de género.
En este medio han encontrado un ámbito más que propicio para ejercer el control, dominio, abuso y maltrato. Un ámbito en el que las estructuras patriarcales y el machismo perviven aferrados al derecho a una libertad de expresión que no es sino puro libertinaje.
Ciberacoso o ciberbullying, sextorsión, grooming, usurpación de la identidad, usurpación de claves, sexting, revenge porn o pornovenganza son algunos de los ciberdelitos con las mujeres como víctimas cada vez más frecuentes.
Desde el Instituto Andaluz de la Mujer han publicado un Protocolo de Detección e Intervención en la Atención a Víctimas de Ciberdelincuencia de Género.
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